El termino "shabby chic" denota un concepto de características contradictorias, ya que la primera palabra significa algo desastroso, raído, mientras que la segunda hace referencia a lo elegante y distinguido. Paradójicamente, este estilo crea una estética coherente, demostrando que los extremos se tocan. Delicada y romántica y a la vez descuidada y con rastros de pátina: así es la deco que sigue las pautas de este estilo.
Shabby chic surgió en los años 80 gracias a la diseñadora Rachel Ashwell que contagió al mundo con su amor por lo desgastado, pero bonito. En Santa Mónica abrió una tienda de muebles, dedicada exclusivamente a este estilo, asimismo, es reconocida por sus libros sobre la decoración de interiores que siguen siendo actualizados, mientras van cambiando las tendencias.
El emblema del estilo son los muebles blanqueados con aspecto raído que luzcan grietas, arañazos y la textura propia de sus materiales. Y precisamente en esas imperfecciones reside su fuerza, porque tales piezas tienen alma, nos evocan el pasado. En la deco funcionarán a la perfección los muebles antiguos de estilos históricos, p.ej. de estilo Regencia, o muebles obsoletos, como cómodas y tocadores, especialmente los de madera natural pintada en blanco. Los antigüedades combinan genial con el mobiliario nuevo, pero envejecido a través de la técnica de decapé que consiste en aplicar varias capas de pintura o barniz al mueble y luego lijarlo para lograr el efecto desgastado.
La paleta de colores es aquí algo restringida, predomina el blanco, complementado con tonos rosa pálidos, grisáceos, azules claros o amarillo y verde blanqueados. Y como complemento perfecto introducimos ornamentaciones florales y con motivos de corazones o cupidos, estampados en tejidos, papeles tapices y en accesorios. A Shabby Chick le gustan los adornos, así no huye del estilo "a la abuela" con sus encajes, bordados, cuadros en marcos decorativos o lámparas con pantallas de tela. Todo eso dota al ambiente de aires románticos, pero esas piezas hay que introducirlas con cuidado, de lo contrario, la decoración resulta kitsch y recargada. Por los tonos y patrones que usa, el estilo se considera femenino y dulce, destinado, sobre todo, a las estancias de mujeres o chicas.
El estilo, por lo acogedor que es, será adecuado en especial para la decoración del dormitorio. Para que ese espacio represente el alma de Shabby chic, lo vemos repleto de textiles (cojines, colchas y mantas) y adornos, todo eso de colores pálidos, pasteles y con estampados florales. Un toque de suavidad y delicadeza a la estancia le darán las cortinas de muselina y flores de orquídea en alféizar de la ventana. Un baúl de madera para guardar ropa de cama no es mala idea, tampoco lo es un estante con estatuillas decorativas o un precioso joyero.
