El final del invierno es el momento ideal para reinventar el jardín para darle la bienvenida a la primavera. En pocos meses los jardines y terrazas se convertirán en los lugares favoritos de todos los familiares. ¿Cómo preparar los espacios al aire libre para que vuelvan a lucir preciosos esta nueva temporada? Os dejamos unos tips.
Podar y rastrillar el césped
La época entre febrero y marzo es idónea para hacer la poda. Sobre todo, se deben eliminar las ramas muertas, secas, dañadas y enfermas, y aquellas que crecen demasiado cerca la una de la otra. Podar permite mejorar la penetración de la luz al interior de la planta, por eso, facilita su crecimiento y brote. Los arbustos ornamentales son más sensibles al frío, por lo que es mejor esperar con la poda hasta mediados de marzo. Los lugares de corte es mejor tratarlos con una pasta cicatrizante que hace que los cortes se cierren más rápidamente y, además, previene las infecciones. Cuando termina el período invernal, vale la pena arañar el césped con un rastrillo para eliminar ramas secas, hojas muertas y toda suciedad, de esta forma, vamos a oxigenar el suelo, facilitar el paso de agua y nutrientes y así permitimos que los nuevos brotes crezcan con más energía.
Combatir enfermedades de las plantas
Para proteger las plantas, se debe aplicar un espray de control de plagas y es clave empezar a principios de primavera... antes de que las plagas acaben con el jardín. Esta operación debe realizarse cuando hace buen tiempo, un día seco y soleado.
Quitar protecciones contra el frío de las plantas
A finales de marzo podemos quitar de las plantas todas las mantas y protecciones de las bajas temperaturas que les pusimos para el invierno. Es mejor que lo hagamos en un día nublado para no exponer los brotes recién germinados a la luz directa del sol. La turba, la corteza o algún material aislante con el que protegíamos los cultivos contra el frio, los podemos utilizar como substrato en los arriates, pero nos deshacemos de la hojarasca formada por las hojas secas y podridas o de las agujas de coníferas. Las protecciones re-utilizables las guardamos para la siguiente temporada de invierno.
Revisión de semillas y material vegetal
Si te quedan unas semillas de la temporada pasada, intenta utilizarlas, porque la mayoría puede llegar a germinar pasados más de 2 o incluso 4 años. Eso sí, si fueron almacenadas en buenas condiciones: en un sitio seco y en un embalaje perfectamente cerrado, porque bajo la influencia del oxígeno y humedad pierden la capacidad de germinar.
Asimismo, a principios de primavera hacemos revisión de bulbos, rizomas y tubérculos que deben permanecer almacenados en unos lugares fríos y secos. Cuando observemos que les han salido machas oscuras o que han podrido, los tiramos, porque ya no podrán crecer sanos.
Siembra y plantación de cultivos
A finales de marzo ya podemos ponernos a sembrar los cultivos más resistentes al frío y algunas plantas anuales. También vale la pena sembrar unas plantas en macetas y esperar un poco hasta que las temperaturas nos permitan llevarlas afuera para que gocen del sol. A comienzos de la primavera ya podemos plantar las plantas que se venden con raices desnudas.
Otros trabajos en el jardín
Antes del comienzo de la temporada merece la pena limpiar los canalones, poner a punto el sistema de riego, llenar las pérdidas de substrato, grava, cascajo, y limpiar los muebles, impregnándolos posteriormente con un detergente o engrasando con aceite: en caso de madera en bruto.
